Ha terminado mi viaje, cansado pero fructífero. De tratos con nuevos territorios, ratos de buen humor y le pesar de imaginar los polluelos haciendo las tareas de matemáticas e inglés a su mejor esfuerzo.
De lo más curioso, un hotel donde me he alojado, que aparte de piscina, laguna navegable y caballos pony para los niños, ofrece un tour por lo que fue las instalaciones de una mina. Generalmente uno se imagina lo clásica con un túnel, al estilo que hacían los españoles en la época de la conquista, pero este tipo de instalaciones son propias cuando el yacimiento de oro se presenta en beta. En este caso, por encontrarse disperso, se realiza a cielo abierto, moliendo el material recuperándolo con cianuro que lo diluye en agua.
Es un tema bastante cuestionado entre los ambientalistas que lo fusilan a morir y los científicos que defienden los controles de mitigación. También los desastres en algunos lugares del mundo son un precedente inolvidable, pero siempre la culpa de lo malo la tienen los políticos (por permitir o negociar o no saber muy bien lo que firman) díganme a mi que crecí en un pueblo que literalmente lleva ese nombre, donde familias enteras se han dividido por un oro que he llegado a pensar nunca existió en tales cantidades.
En la foto, una zona en proceso de restauración de taludes. Se puede ver como arriba como la naturaleza vuelve a su intento.
La visita al lugar es instructiva, más en estos días que el oro ha alcanzado el record, arriba de los 1,200. Y es que el oro es un elemento muy misterioso, nos sorprende el cajero automático (ATM) que se abrió en Dubai, donde se ingresan 450 dólares y la máquina te regresa una barra de oro.
Pero tiene el sentido porque sin producir intereses, no se vuelve papel mojado como los bonos, y su valor no está en el brillo en el cuello de una chica sino su capacidad de salir de la tierra, fundirse y volverse a enterrar en bóvedas como respaldo de la economía.
En la gráfica, el tajo de Palo Alto, la misma toma de arriba, pero unidas con la Kodak EasyShare. Ya en proceso de restauración. Se han colocado miradores para descansar un rato, tomar fotografías, conocer la historia o saborear un buen Amaretto.
La zona es pintoresca, Iglesias antiguas recuerdan un patrimonio que vale la pena preservar.
Si estos pueblos aprovechan el hermanamiento con ciudades españolas, puede hacerse un trabajo interesante. Vean al fondo como la montaña se ve por arriba de la neblina tras una lluvia que se fue como llegó, en pleno valle a las dos de la tarde.
En la gráfica inferior, el legado de la historia reciente. Mensajes plasmados por la Resistencia Zelayista en el período de golpe de estado, sucesión constitucional… o como les parezca mejor llamarlo.
En la siguiente foto una muestra del terreno, una cascada de aguas calientes, con olor a huevo podrido del azufre. En la foto derecha, un acercamiento, vean como da la impresión de ser madera petrificada. Pero son estratos de material consolidado en forma laminar, –de acuerdo con el guía- tierra color rojizo y aguas termales con ser señales casi certeras de un yacimiento de oro. Si tienen un terreno con esas características, me avisan :).
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Un interesante lugar para gastarse una semana libre con la familia. Se los recomiendo.
Me parece muy interesante todo lo que cuentas, ya me gustaría intercambiar fotos. Conocí el lugar cuando la mina estaba en plena operación.
No sé de dónde se han sacado el contexto negativo de la expresión porque la traducción literal sería -como dice uno- la expresión inglesa «Good for you». 🙂
Costo del hotel: US$ 30 la noche, costo del desayuno: US$ 2 (incluido en la habitación), costo de la cena: US$ 3.
Ya quisiera ver funcionarios con ese costo de vida.
Y sería egoísta ver un lugar atractivo, así de barato y no promoverlo como una buena experiencia.
Para evitar malos entendidos de contexto, me refiero a la mina entremares, no al hotel entremares.
Cómo vives!!!! Eres funcionario?