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Honduras: De vuelta a la crisis, la guerra civil vuelve a ser opción

Ya hace muchos días que no escribía de este tema, pero los eventos sucedidos la última semana y las consultas de buenos amigos que se asoman a esta ventana me han insinuado, que si tengo algo que decir luego que los medios internacionales han sacado nuevas filtraciones.

Así que aprovecho el delicioso “Café de Colinas” de mi último viaje para distraer un tanto el tema de AutoCAD 2012 que me tiene ansioso, mientras no vea que pretende Bentley con su extraño silencio y que seguro terminará con una gran fumada para 2011 de la que apenas tengo algunas suposiciones en formato táctil.

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La guerra fría, muy poco ha cambiado en 40 años.

Llegué a Honduras por causa de una guerra civil, que tardó 12 años y costó más de 75,000 muertos, entre ellos un par de docenas de mis familiares cercanos.  Llevo en el istmo treinta años y lo que he visto en los últimos dos me ha traído crudos recuerdos de lo que viví cuando apenas cursaba mis primeros ciclos de escuela.  Eran tiempos cuando el borrador color naranja olía a dulce perfumado, cuando se cargaba un bolsón fabricado en máquina Singer por mi madre, con mi nombre escrito en plumón indeleble -el mismo que se usaba para marcar la fecha que debían abrir los huevos de chompipe- de gabardina verde cruzado en la espalda y que calentaba el omóplato derecho al contacto con las aún calientes tortillas de maíz nuevo infladas al comal.

La guerra fría en estos contextos es bastante similar, no ha innovado en nada sus características de desarrollo, con la variante que ahora en lugar de mancharse las paredes de rojo y montar una radio clandestina en las cumbres de un bosque, se dispersa por las fotos etiquetadas en las redes sociales y tiene canales de radio y televisión claramente identificados.  La derecha sigue manteniendo un apego a sus intereses personales y el gobierno se ampara en paliativos que no abonan en la modernización del estado, la disminución del clientelismo político y ataque a problemas históricos mediante inspiración de ideas creativas y visionarias.

HONDURAS/

Continúa siendo un fenómeno dual, en el que solo hay dos extremos: uno malo y otro perverso.  Las tácticas del engaño y la exageración se mantienen, en una época en que las personas (muchas) tienen acceso a medios de forma fácil, y donde se puede evidenciar que las mentiras de la derecha son tan obvias como las de la izquierda; lo que pasa es que la mercadotecnia de los medios ahora logra trabajar en un alto nivel las masas, conducido por estrategas que entienden el fenómeno cascada de compra de consciencias a partir de un punto débil de cada familia, grupo o clase social; sin importar la artimaña que se pueda utilizar.

Las condiciones logísticas de hace treinta años son un tanto diferentes, pero no dejan de ser relativas: en aquella época, desde el oeste de Europa podía venir cualquier cantidad de armamento.  Aquellas luces que por la noche descendían la montaña desde la frontera hondureña, una noche supe que eran bestias cargadas de armas mal cubiertas con zacate para pasto.   Una vez sacadas a luz las ametralladoras rusas, ya no fue tan necesario los fusiles de caza, puñales de destace y aperos de labranza que se habían decomisado a los campesinos, en consecuencia se fundían para hacer bombas de fabricación cacera.  Tres años fueron suficientes para que todo el norte de El Salvador se armara y sostuviera por doce años las zonas montañosas en condiciones de “territorios recuperados”.

Hoy, no hay esa cantidad de armas bajo un sello de Izquierda, Cuba ya no puede apostar a tal causa y Venezuela tiene limitantes de hacerlo abiertamente sin evidenciar la pobreza de pensamiento de su líder.  Pero el narcotráfico y crimen organizado tienen capacidades de armamento superiores a lo que podría hacer el ejército cada día más diezmado por su pobre papel y desprestigio de sus actuaciones.  Razón por la que mencionaba hace mucho tiempo que el rol del crimen organizado y narcotráfico son preponderantes para una guerra civil, lo harían si existiera un aliciente a sus únicos intereses temporales: el poder y el dinero.  También es muy diferente el papel que puede tener Estados Unidos, que en ese momento podía armar una contra revolución a la luz del día, que no puede hacer hoy  ante la fragilidad internacional tanto política como económica, esto merma las capacidades de respuesta del ejército ante una guerra TU a tú, en un país donde la topografía dominante se parece a las zonas donde la guerrilla ganó la batalla en El Salvador, luego de verse obligados a la clandestinidad y repliegue tras la llamada Ofensiva Final de 1981.

También es bastante parecido la estrategia de compra de consciencia, apenas difiere en la influencia externa y papel que juega la clase pensante.  En mis años, los asesores cubanos llegaron tarde; se había sembrado odio innecesario en los mejores aliados (la población); personas con sus patrimonios construidos a causa de su esfuerzo fueron afectados, la gente vio mal que las vacas de mi padre se mataran con fusil y degollaran en público a cambio de la vida, que sus cultivos fueran decomisados solo por ser orden de la revolución.  Estas acciones en caseríos pequeños, donde todos se conocen son nefastamente negativas, más de afectar a un patrimonio construido en muchos años, hizo que personas humildes perdieran el privilegio que habían gozado por años, llevar leche, suero, maíz y medicamentos de forma gratuita.  Estas y otras cosas más terribles causaron que la gente hullera, al grado que esos poblados figuran en el mapa estadístico solo para fines históricos, la gente nunca regresó.

Para cuando llegaron los asesores cubanos, y les dijeron que hacían mal en provocar la huída y rechazo de la población neutral, ya era demasiado tarde. 

Es una táctica común en los pueblos no acostumbrados a organizarse, sembrar odio funciona, pero no es sostenible.  Debe atacarse el problema, no a las personas.  La desigualdad, la corrupción, la falta de estructuras de participación, son problemas sentidos, pero para alcanzarlas se deben trabajar estrategias no basadas en el odio, porque no todos los que tienen un vehículo, una casa, una finca o una empresa son corruptos u oligarcas.

La guerra fría se parece mucho a un hombre sin creatividad, tanto en su mano izquierda como en la derecha.

La guerra civil es casi inevitable.
Casi 10 años le costó a la izquierda salvadoreña, para unificar esfuerzos y constituir un solo frente que representara los intereses colectivos.  El Farabundo Martí se construyó a partir de heridas, traiciones, errores infantiles y apoyo internacional.  En el caso de Honduras, apenas dos años han sido suficientes para que a raíz del golpe se encause una estrategia hacia la unificación de fuerzas de corriente izquierdista, la influencia internacional ahora tiene mayor peso a nivel ideológico y en aspectos logísticos muchas cosas son casi innecesarias.

Su estrategia puede llegar a funcionar, basada en las necesidades reales de una población que en general está insatisfecha con las costumbres de la clase política y su asociación con el poder económico, hasta llegar a niveles de rechazo que por buena que pueda ser una iniciativa, nos cuesta creer que no se esté haciendo detrás de una mala jugada.  Cuando se alcanzan esos niveles de desprestigio y pesimismo, el camino para un conflicto se allana.  Aunque a la Resistencia le falta recorrido aún, en la depuración de su liderazgo, cometer errores y sufrir traiciones para solidificar sus lineamientos hasta ahora un tanto más folklóricos que estratégicos.

Pero finalmente, podrá sostenerse.  En tanto no se someta a la votación del pueblo de forma prematura y estructure ideas nacidas en el contexto local, que no parezcan añoranzas por otros tiempos (que ya no lo son) y otros países (que ya no existen).  Que se base en la construcción de nuevos liderazgos, con integración social y aporte profesional (que existe) ante problemas que en la práctica son posibles de solucionar en el mediano plazo.  Olvidando ideas no funcionales, como aprovechar la coyuntura del odio a ciegas, mentiras infantiles y exageraciones que no se requieren para convencer a su mejor aliado (la población)

crisis en honduras

Hacerlo, le puede tomar 6 años de sufrimiento en la llanura.  Pero para entonces, puede haber logrado puntos estratégicos del engranaje gubernamental, militar y social; sin necesidad de ir a votaciones en nivel presidencial.  Entonces, promover una nueva constituyente o llevar un candidato mampara hacia la presidencia puede ganar la batalla.

Mientras tanto, para lograr aquel escenario, evitarlo o contraatacarlo…  La guerra civil es una opción.

¿Vale la pena?
No.  Para nada disfruto recordar, aquel día que en un Diario hondureño pude ver los cuerpos apilados de más de 30 personas, en un corredor que en mis memorias remembraba haber dibujado con tiza y hacer inocentes burbujas de saliva con la misma boca en el fino de cemento.  Mucho menos haber llegado doce años después, y ver  árboles de treinta centímetros de diámetro en el patio donde aprendí a bailar trompo, enchute con semillas de marañón y salto a la garrocha, mientras en el otro extremo mis primas cantaban en rueda un juego que me aterrorizaba … Doña Ana no está aquí, está en su Vergel

Pero cuando la deuda social y la mala praxis en el manejo gubernamental calientan la olla de presión, la guerra civil puede ser un mal necesario.   Los conflictos son productivos en todos los niveles de la vida familiar, política, económica, para nivelar desequilibrios y solidificar acuerdos.  Las guerras no lo son, pero parece que a Honduras, le ha llegado el tiempo.  Por muchos esfuerzos que se hagan, el maquillaje de corto plazo no va a cambiar el desenlace que (por ahora) no podemos evitar quienes estamos del lado neutral, no porque carezcamos de un claro criterio, sino porque preferimos gozar de aquellas cosas que satisfacen nuestras vidas cada mañana y por quienes trabajamos todo un día y parte de la noche.   Por conflictos innecesarios hemos perdido buenos momentos, por ello estamos dedicados al esfuerzo basado en nuestra disciplina, contentos de lo que logramos, sin soñar en escenarios fantasiosos, si un día nos toca tomar un arma, lo haremos, si la pluma, mucho mejor, ambas se ocupan. 

También una buena parte de los neutrales creemos que se ocupa un nuevo liderazgo, que retome ideas geniales que están allí -en la izquierda o la derecha- para ser implementadas con mentalidad abierta, la mayoría basadas en buenas prácticas que se pueden adoptar de forma participativa sin necesidad de una guerra, acomodadas al contexto; lo cómico es que quizá para llegar a esto último si se ocupa una buena guerra.

Somos optimistas, lo que menos esperamos es que pasemos los siguientes 7 años en este mejengue, y que al final la dirigencia de ambas fuerzas hagan acuerdos que dejen las cosas igual… o peor.

 
PD.  Pese a lo melancólico del post y la simpleza irónica de mi retórica, estoy bien.  Gracias por sus buenos deseos.

4 comentarios

  1. ya no mas ala guerras portemonos bien la pazz

  2. Hola N!
    Gracias por tus palabras, y gracias también por tu apoyo en egeomate. Esto evidencia que distamos mucho de ser un bloque hispanohablante que tiene ideales comunes.

  3. Estimado Don G!, me siento un poco avergonzada. No nos encontramos en las antipodas geograficas y sin embargo, aqui no ha sido destacado el problema que mencionas. Me pregunto, ¿es que siempre estamos mirandonos el ombligo?
    Aqui estamos en epoca electoral, debido a que el 10 de Abril elegiremos un nuevo presidente. Pero no puedo creer que se destaque mucho mas la crisis en Libia, la renuncia de Socrates, la muerte de Liz Taylor y … que los conflictos de nuestros hermanos. Solo unas breves menciones a la visita de Obama a el Salvador. Tristisimo realmente.

    Estimado amigo, America Latina al parecer es solo una ‘palabra compuesta’ no estamos ni medianamente integrados. Mil disculpas amigo.
    Saludos desde Perú
    Nancy

  4. Felicitaciones muy buen articulo.
    Me gusta su forma de pensar.

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