Recientemente estuve en una entrevista de un medio de comunicación, que quería saber cual es la forma de vida de un blogger que dedica dos horas de su noche a escribir para un mundo casi anónimo. Fue fácil hablar de eso, pero luego pasó a hacer una pregunta que me pareció mal intencionada:
-Bien, ahora hablemos de tu vida privada
Quizá la respuesta la escuché por allí, pero salió muy normal:
-¿Te das cuenta lo que estás diciendo? si te lo digo dejará de ser privada.
La pregunta sonaba enfermiza, por eso la respuesta de esa forma. Pero luego empezó a preguntar lo mismo de forma profesional por mi familia, mis hijos, mis hobbies y finalmente logramos hablar como gente. Al final me quedó la sensación que éste esperaba encontrar que le contara que por las noches me ponía una máscara de lobo y salía por las calles a asustar… me da la impresión que hay quienes luego de leer las novelas de Sherlock Holmes esperan siempre encontrar un submundo escondido detrás de la vida normal de las personas.
De modo que me tomaré un rato para cambiar el tema profundo de los estándares OGC para soltar el nudo que me ha quedado justo en el momento de inercia del hígado.
Hace 15 años, la vida era más simple; quienes deseábamos escribir, lo hacíamos para el boletín de el colegio, nuestros amigos estaban a un grito de distancia, si queríamos encontrar relaciones más distantes lo hacíamos en la sección filatélica de Mecánica Popular, nuestro ocio era releer historietas de Tintín, Kalimán, Obelix y Asterix o ir por la montaña a ver que había más allá; nuestras más altas aspiraciones era salir por el mundo y ver que hace la gente en otros lados para triunfar.
No había Nintendo Wii, apenas si juegos Arcade en la esquina, la mitad de las palabras de hoy día no existían en nuestro vocabulario: blogger, wordpress, tweeter, Facebook, hi5!, http, @gmail, adsense, workspace, cartesia… mucho menos Geofumadas.
Eso cambió con la forma de vida que elegimos, en mi caso, la mitad de mi tiempo es viajar, pelear con alcaldes y técnicos porqué deben modernizar sus procedimientos de papel sin olvidar escanear el formato impreso. Luego los amigos se volvieron nocturnos, detrás de las redes sociales, la mitad de aquellos compañeros de colegio y universidad a quienes la tecnología privilegió y otra pila de amigos resultado de la arroba. Nuestros fines de semana se los resignamos a nuestra familia, amigos más cercanos y al gusto de seguir leyendo dos libros a la vez con esas antiguas doctrinas del marcador fluorescente y postcript engomado.
Dejé de escribir relatos, cuentos y novelas; de lo que publiqué dos libros antes de tener Geofumadas. Abandoné un par de iniciativas locales, luego que me convencí que no había más visitantes en el istmo centroamericano, abandoné las aulas de clases donde enseñaba una versión exorcista de AutoCAD y Microstation, y retomé algunos de mis antiguos manuales para reciclarlos en este espacio. Aquí compartimos novedades, ejercicios, fumadas y de vez en cuando hacemos una versión reducida de la santa inquisición para juzgar las plataformas comerciales que nos dan de comer pero que no llenan nuestros caprichos particulares.
Pero sigo siendo yo, enfrentando un medio más internacional, con lectores españoles, mexicanos, argentinos y del resto del mundo hispano con la complicidad de Google / search / reader / adwords o un selecto grupo que cada tres días escribe esa palabra en google para ver si hay alguna fumada interesante. Soy consciente que las opiniones personales son diametralmente paralelas a medida que cruzamos un falso este UTM, por lo que apenas si me he permitido hablar de fútbol de vez en cuando, lo que nunca haría con temas de política, religión y estilos de vida; finalmente nos entendemos en ese seudo lenguaje Geoespacial del que no domino su cuarta dimensión por lo que debo ser simplista para no meter la pata.
Luego de dos meses de leerme, seguramente inicia la parte chocante de un lector con su escritor, al saber que un porcentaje de la jerga que escribe suenan de otro planeta. Entendemos bien los vocablos fáciles: .jsp, shx, ims, prj, mxd, dgn, dwg, kmz, tab… pero nos cuesta entender que más allá de ese lenguaje que compartimos existen palabras del entorno particular del escritor. Así que suena extraño «pirueta», «blasfemo», «de cañas», «j*der», «vale», «chanfle», «venga», «cheque», «macanudo», «macizo», «furular» «destrompar», «chivísimo», «cabal», «de miedo» y otras que he adoptado por mis amigos sudamericanos y peninsulares… más de alguna ofensiva a las buenas costumbres sin reproyectarlas en coordenadas geográficas.
Por lo tanto, aunque no esté nuestra biografía en una de las páginas del blog, tras meses entendemos la forma de ser del escritor… aprendemos a disculpar su parte personal, sus viajes, su estado de humor, ironía, fumadas y sus resentimientos con Megaman X. El blog se llama Geofumadas, pero sigo siendo un ser humano común y corriente que mira estadísticas de Analytics, bloguea en Live writter, sigue el correo en el móvil y también tiene dos hijos tecnológicos por herencia, soñadores por costumbre, que le sacan dos nuevas canas cada tres días, y suficientes carcajadas para no resentirlas cuando lleguen a la adolescencia.
Luego de un poco más de un año reconozco que este blog cambió un espacio de mi vida, gracias a él he conocido buenos amigos, fieles críticos y también por culpa de ser más hablador que instructor he disfrutado desde un starbuck en Baltimore, una Paceña en Santa Cruz de la Sierra, discernir un golpe de culín en Gijón, hasta un par de pupusas en San Salvador. Todos saben igual, a carcajada de formato nativo.
Como muchas cosas en mi vida no han sido por siempre, no tengo la más mínima idea de cuanto dure Geofumadas y si supere la web semántica que nos puede encontrar obsoletos.
Al final de la historia me doy cuenta que no hay vida privada, lo público de mi fin de semana con los chicos en Burger King es privado en el blog, visible en mi tierra, total somos lo que somos, a lo más que podemos aspirar es a ser naturales. Por mientras, un saludo, gracias por opinar con sinceridad… por llegar al final de un post tan personal, también por leer en el anonimato.
Jajaja.
No esperaba causar ese símil con mi anonimato, pero a veces lo prefiero para el contexto cercano.
despues de obligadamente releer una fraccion del Kibalión … pienso, la justa pero muy escasa mezcla… ser y saber. no aparte los pies de la tierra para poder verla dede arriba. gracias por compartir las loqueras de sus desvelos
Un saludo Manuel.
La verdad, en medio de tanta cosa que nos tiene ocupados, gastarse un rato con las personas que significan en nuestras vidas es de lo mejor.
La verdad, desconozco tu nombre o nick, pero seguro llegué acá por Gabriel Ortiz, Cartesia o Cartografia.cl
Sin embargo, es un placer culpable leer todos tus post, indistintamente sea GeoPost o simples post. Será que lo humano prevalece a los tecnisismos.
A veces me he puesto a pensar, que pasaría si un golpe muy duro sacudiera a nuestro plantea: qué haría con mi ArcGIS, AutoCad..?? Nada!!! Volvería a mis lápices a tinta, regletas, normográfos y papel. Ya que la esencia es una.
Un abrazo y un placer leerte
Manuel Valderrama
Chile
Muchas gracias por tu comentario en mi blog! Te sigo leyendo y buscando la inspiración…
Un saludo Angela, estamos en contacto
Simplemente me encanta!
De verdad gracias por el espacio que ocupas, por escribir, por contarnos cosas privadas o no, por ser así, por ser tu…
Una asturiana que te escribe desde Portugal y que tiene medio corazón en Colombia…
que, tú no deberías estar de viaje?
En fin, efectivamente yo que veo tu parte técnica y he descubierto tu parte humana espero seguir descubriéndola porque seguro eres un buen amigo.
La loca española que tiene la suerte de compartir oficina contigo
Chapeau, monsieur. No siendo crítico literario me encanta que el ser humano no sea sólo un técnico, ha de ser un compendio del calor de las letras y del frío de los números, combinado con lo tibio de las nuevas tecnologías y ciencias cotemporáneas.
saludos
jeje, gracias Txus
Magnífico post, G! 🙂
Espero que nos sigas ilustrando no sólo con tus entradas técnicas, sino también con la literatura que llevas dentro.
Un abrazo, para tí…y para tus fumaditos 😉