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¿Vale la pena tener un blog?

– Si

No parece muy responsable una aseveración así de cruda sin un contexto y la explicación adecuada de lo que estamos entendiendo por tener un blog o que es lo que valoramos.

En varias ocasiones he comentado que Geofumadas nació con la idea de satisfacer una obsesión por escribir y también de paso retornar un valor económico por la disciplina de hacerlo.  El tiempo ha ido demostrando que el equilibrio por buscar ambas cosas es funcional, aunque no todo es tan simple como para resumirlo en un post tan corto.

En la foto mi hijo haciendo la demostración del salto en bomba medio segundo antes de caer al agua.  L cuelgo aquí para equilibrar su insatisfacción por el post anterior dedicado totalmente a las habilidades de mi hija.

A que llamamos tener un blog

Tener un blog se entiende como poseer control sobre un espacio en el que se escribe de forma regular, sobre una temática dirigida a un sector particular, un contacto con los lectores y la consciencia que se va a disfrutar hacer todo lo anterior.

La regularidad para escribir es relativa, puede ser una entrada diaria, unas dos por semanal o una quincenal.  Depende del tiempo con que se cuenta y el tema que apasiona la ocasión.  La temática no debería ser tan cerrada que no haya lugar para soltar el lado humano, aunque debe mantenerse una tendencia sobre un sector particular de personas que comparten similares intereses y que en el tiempo sienten que el espacio aporta un valor al sector.

Luego debe haber algo en todo esto que nos guste.  Escribir no es para todos, no si se quiere hacer con con regularidad para un público que en su mayoría solo tiene un número de IP, que tan rápido como vino por Google se va para otro lugar con la misma keyword bajo el brazo.

Hay que tener paciencia para encontrar y entender un reducido segmento que no va mas allá del 15% de las visitas diarias, que crea fidelidad ante un escritor del que conocen apenas los dedos.  Puede mantenerse el anonimato pero con el tiempo se debe ir mostrando el lado humano aunque no compartamos los mismos criterios.  El lector debe ir conociendo sus gustos, sus complejos, sus temores, su forma de ver la vida y entonces podrá tener sentido las fotografías de su entorno cotidiano,   trabajo, ambiente familiar, lugares de viaje.

Más allá requiere calor humano esforzarse por mantener una relación con un segmento más reducido que está abajo del 3% que comenta, manda un correo al editor, retwitea, menea o comparte en una red social un tema que les pareció interesante.  El restante 7% se se mantiene fiel en el anonimato, por curiosidad, respeto, admiración y presiento que hasta por aversión.

Después de tres años se puede aprender que lo que pretendíamos saber no era suficiente, pero que ha servido de semilla para entender otras cosas.  Además, que ha sido más la ganancia de aprendizaje que lo que hemos soltado como propio.

A que llamamos “vale la pena”

Esto no tiene necesariamente que ver con dinero, la satisfacción está en un grado de retorno en relación a lo invertido.  Si se invierte pasión, debería haber un retorno de mayor pasión, es claro que eso no es mi enfoque principal como son blogs como Chocolate Bailable, donde Angy seguro reconoce la rentabilidad detrás de los muchos comentarios afectivos de sus lectores que más que ser compinches de una temática son amigos aunque estén al otro lado del continente, que no sean de su carrera geomática pero que se deleitan en cada gota de inspiración con que se pulsó cada tecla.

También hay que entender que el tiempo que se invierte en un blog vale dinero, que podríamos estar utilizando en trabajo productivo, espacio con la familia, descanso, viajes, venta de servicios, educación, etc.  Todo esto, tiene un costo de inversión y por lo tanto debería tener un retorno que reponga el desgaste del tiempo.

La innovación de otros ha beneficiado a los escritores de blogs, de los que hay algunos hasta famosos, con redes que defienden sus derechos.  Lo que en otro tiempo costaba ha sido simplificado con empresas que han hecho de la publicidad y venta de enlaces un interesante negocio que finalmente funciona.  De esto puedo resumir algunos que he utilizado en Geofumadas:

  • Los anuncios de Google, molestos para algunos, innecesarios para otros, pero una primitiva forma de rentabilizar el tráfico a partir de clics.
  • Los post patrocinados, algunos de Zync, otros de Reviewme.  No son muchos, pero también si caben en el espacio, pagan cuentas y tras la caída del año pasado se han vuelto a recuperar poco a poco.
  • Los anuncios solicitados, estos son los que una empresa u otro blogger pide directamente, sea en el blogroll o dentro de los post.  Esto renta más –mucho más– pero llegar a tenerlo ocupa que el patrocinador sienta que es estratégico.
  • Las solicitudes de influencia, estos no son necesariamente anuncios patrocinados sino requerimientos para ver si es interesante una noticia, un tema, un producto, un negocio y aprovechando la cantidad de influencia que se puede tener, hacer un twiteo, meneo, deliciouseo, facebookeo…

Que nombres más extraños hemos llegado a acuñar.  Menos mal que Cervantes ya no está.

Que renta más

Los ejemplos anteriores son alternativas –no las únicas– que la web ha facilitado para que los tablones de Internet busquen algo que recompense su pasión por escribir.  Pero escribir en Internet por sí solo no es rentable en nuestro medio hispano, no para nosotros que somos escritores aficionados, que nos dedicamos a otras cosas por el día y a escribir por las noches.

Es necesario tener algo que ofrecer, esto puede ser influencia, conocimiento, contactos, productos o servicios.

Con el tiempo, la prestación de servicios especializados viene por inercia y se debe estar preparado para ello.  En el caso de un blog de fotografías habrá demanda por servicios para el fotógrafo, en el caso de productos tecnológicos habrá demanda por la venta de estos, el caso de un blog de tecnologías geoespaciales puede ser el desarrollo de sistemas o la asistencia puntual en un proyecto.

De preferencia se debe estar listo para prestar servicios u ofrecer productos que no requieran presencia física.  Internet ayuda mucho en esto y se debe sacar provecho.  Las invitaciones a eventos no se deben desperdiciar, no para ir a aprender más sino para invertir en relaciones profesionales que en el tiempo traerán frutos.

Así, luego un par de años de escribir de forma sistemática la consultoría especializada va a llegar y rentará más –muchísimo más-.  Y entonces es se debe dedicar tiempo para hacer estas cosas en un minuto sabático sin descuidar totalmente el blog o por lo menos avisar.

 

¿Que si vale la pena tener un blog?

Si nos referimos a escribir con disciplina y satisfacciones rentables.

¡ Sí !

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