La forma de presentar los proyectos ha experimentado una importante transformación, gracias a la digitalización de la industria y la aplicación de las nuevas tecnologías. Y era cuestión de tiempo que estos avances llegaran también al sector de las estructuras. Tanto la realidad aumentada como la realidad virtual dan la posibilidad de presentar proyectos de una manera de lo más innovadora y llamativa, aportando a su vez un gran valor para su comprensión.
Compañías de gran tamaño y pequeños estudios de arquitectura e ingeniería del mundo entero están dando uso a estas tecnologías en sus procesos diarios, en diversas fases del proyecto. Pero antes de decidirse a introducirlas es necesario conocer sus diferencias para saber cuál se necesita, algo que dependerá del proyecto del que se trate.
Realidad aumentada y realidad virtual: diferencias
A través de la realidad aumentada se superpone información extra virtual acerca de elementos y entornos reales. De este modo se consigue, por ejemplo, mostrar un modelo 3D del proyecto sobre el entorno real en que va a ir ubicado, y visualizarlo en conjunto. La realidad aumentada permite también ir mostrando los avances del proyecto, destacando y superponiendo las distintas fases.
Por su parte, la realidad virtual consiste en utilizar dispositivos que tapan la vista, haciendo que tan solo se vea un entorno 100% virtual. Nada de lo que se ve es real, generándose un mundo virutal en 3D o bien a través de fotos o vídeos 360. Esto permite por ejemplo partir de la ubicación donde va el proyecto, colocar sobre los mismos el modelo 3D que hemos proyectado.
Tanto en los ejemplos de realidad aumentada con en los de realidad virtual, el usuario tiene la oportunidad de interactuar con el mundo, recibiendo información importante acerca del proyecto.
Forma de incorporar la realidad aumentada y la realidad virtual a un proyecto
Encontramos en la realidad aumentada ejemplos muy buenos de su aplicación en los proyectos, al igual que en el caso de la realidad virtual. Y es que la realidad es que, en contra de lo que puede parecer, se trata de un proceso muy fácil y rápido.
Precisamente lo más complicado es llegar a lo que tenemos ya, que es nuestro propio proyecto calculado y modelado en 3D. Partiendo de esa base tan solo tendremos que optar por mostrarlo en realidad aumentada sobre un plano o superponer el modelo 3D en la ubicación real de la estructura, o bien recurrir a la realidad virtual bien en nuestro estudio, bien en las instalaciones de los clientes. La elección va a depender de la envergadura del proyecto y de la inversión que se vaya a realizar.
En caso de decidirse por la realidad aumentada se puede utilizar una plataforma para ingeniería, para publicar el proyecto en un canal personal confidencial. También se puede desarrollar una aplicación personalizada para el proyecto. Pero si se opta por la realidad virtual, deberá desarrollarlo una empresa especializada tan solo en el desarrollo de realidad virtual.