No espero contarles la historia pues se pierde el interés pero básicamente se trata de una pinche hoja con números que una niña en los años sesenta escribe y que son colocados en una cápsula del tiempo. 50 años después es abierta, y Nicolas, que es un profesor de cartografía se pone a revisar si tienen algún sentido lógico apoyándose de internet y servicios de mapas en línea.
Es interesante que los números corresponden a una lista que incluye la latitud, longitud, fecha y cantidad de muertos de grandes accidentes en los últimos 50 años, algunos de los cuales están por suceder… y suceden!
Los efectos especiales son buenísimos, pero el suspenso que por cierto tiene un alto grado de sentido cosmológico, para quienes entienden esa dimensión es muy interesante.
Al final deja un impacto fuerte, que dependerá del punto de vista religioso del espectador. Los críticos la fusilan, pero yo la recomiendo, en lugar de ir a dormirse viendo la noche del museo.