Esta semana conversaba con uno de mis colaboradores, y hacíamos algo de historia sobre las canas que nos llevan los años en estos procesos de desarrollo –más las mías que la que soporta su calva-.
Si hay ganancia en el campo social, es que se aprende mucho sobre cómo entender a la gente. Sea que vamos a trabajar en un contexto meramente técnico, administrativo o procesos de desarrollo; conocer cómo funciona la gente es vital. En este caso quiero referirme a los procesos de enseñanza aprendizaje; de paso mato el ensayo de una clase que estoy cursando y sumo un artículo más en el sitio donde escribo con regularidad.
¿Qué importancia tiene la gerencia social con los procesos de enseñanza – aprendizaje?
La enseñanza tradicional
Es posible que una de las razones por la que los ingenieros pueden terminar siendo malos maestros, es porque ven pocos ejemplos de didáctica bien aplicada. Recuerdo haber tenido catedráticos con doctorado pero con una deficiente capacidad de transmitir; para ejemplo uno de ellos que se ofendía porque le decíamos maestro.
-Me costó 11 años sacar mi ingeniería, maestría y doctorado. -decía- así que por favor no me rebaje al nivel de maestro.
Una buena cantidad de consejos nacidos de estas mentalidades nos hicieron pensar que como ingenieros éramos una clase élite en el campo de la innovación; confundiendo el rol con el conocimiento y la acreditación. Si bien aprendimos a aplicar información que indudablemente es exclusiva, también desaprender actitudes de baja autoestima disfrazadas con titulitis y arrogancia puede tomarnos la mitad de la vida.
De modo que si los catedráticos del campo de la ingeniería no insistieron en complementar su formación pedagógica, tendrán grandes limitantes en la transmisión de conocimiento y trato de los estudiantes como clientes de su servicio. Aunque debo aclarar que algunos de ellos eran maestros natos, y su cátedra era simplemente exquisita.
Al final, su enseñanza es buena en materia técnica, pero su alcance se queda en el nivel tradicional mientras no progresen en conocer aspectos negativos de la didáctica positivista y los diferentes modelos y espacios de aprendizaje aplicados a la psicología conductual que ven la enseñanza más como un proceso que un simple producto.
Porqué aprende la gente
Mi incursión en el campo de la enseñanza técnica inició cuando impartía el curso de AutoCAD. Debo admitir que los desaciertos fueron sobrados, casi tantos como la paciencia de mi contratante.
Una cosa es construir un guion metodológico y otra asegurarse que las expectativas de los estudiantes se cumplan en función de nuestros objetivos. Entre las cosas que complicaban el proceso estaban: tener estudiantes que llegaban solo por cumplir el requisito de aprender las novedades de AutoCAD respecto a la versión anterior, otros que lo tomaban porque esperaban dedicarse a eso como fuente de ingresos, jóvenes distraídos con el Internet de las máquinas y adultos que apenas podían dominar la rueda del ratón.
Así que el empirismo me llevó a entrar en la didáctica constructivista, aprendiendo 32 comandos con los que se podía desarrollar los planos de una vivienda; dejando de último aspectos complicados como el paper space y el renderizado 3D. Finalmente después de repetirlo muchas veces los estudiantes aprendieron a usar AutoCAD y yo aprendí no cómo la gente aprende, ni cómo se enseña sino por qué la gente aprende.
Algo de esto implica leer mucho, bajarse del podio y aceptar que el alumno es poseedor de conocimientos sobre los cuales habrá de construir nuevos saberes. A partir de los conocimientos previos de los educandos, se guía para que los estudiantes logren construir conocimientos nuevos y significativos, siendo ellos los actores principales de su propio aprendizaje, –aunque decirlo es bastante fácil-.
Pero es así; la gente aprende porque encuentra productividad y progreso en lo que reciben. Aprenden porque se dan cuenta que la nueva información tiene un andamio sobre el cual montarse. Aprenden porque sin ser personalizada la enseñanza, se mueve el interés individual.
Cómo evolucionan los procesos de enseñanza – aprendizaje
Entender a la gente es una de las tendencias irreversibles en la mixtura que ahora incluye la era de la información. Los periodistas digitales sin haber hecho carrera tienen más lectores que los tradicionales, no porque tengan un blog popular, no porque pasan metidos en las redes sociales, sino porque la experiencia los ha hecho entender las masas de lectores como personas.
En el campo de la enseñanza, gradualmente sucederá algo similar. Llegará el momento que vender un libro de como aprender AutoCAD será un negocio frustrante, porque en Internet está el andamiaje de información suficiente para aprender. El reto de pedagogos estará en saber canalizar la información, en la migración de las comunidades de aprendizaje a espacios para la gestión eficiente del conocimiento; reto que indudablemente no será sencillo.
Que las personas aprendan AutoCAD por medio de videos en Youtube creará vacíos que no existían en la cátedra tradicional, pero no queda otra que adaptarse a este contexto. Democratizar el conocimiento tiene un riesgo, pero siempre que ha sucedido han venido revoluciones importantes en el mundo. Queda ahora ver qué sucederá con una que ha llegado hasta al punto de llamarse «era de la información».
En conclusión, el resultado que traerá la apertura a la información que ahora constituyen los medios digitales será un hito trascendental que por ahora mismo desconocemos. Pero indudablemente vendrá una exigencia y necesidad de entender a la gente que llevará a los educadores a buscar mejores herramientas, técnicas y modelos adaptables a contextos cada vez más globales.
La recomendación final es básica y simplista; hay que aprender a desaprender. En la medida que adquiramos habilidades para mutar podremos tener mejores resultados no solo en adaptarnos a los cambios sino a materializar con mayor certeza nuestros objetivos; sean tan sublimes como la democratización del conocimiento o básicos como la generación de dinero.