- No simpatizo con la derecha, porque la mitad de mi vida me han demostrado que todos (con algunas excepciones) son iguales, interesados en sus propios asuntos, acomodados a intereses.
- Tampoco simpatizo con la izquierda porque aunque varios de sus postulados son interesantes, muchas conquistas sociales han sido gracias a su aporte, lo que pasa es que un alto porcentaje de mi familia murió luchando por estos ideales y luego de tener casi la mitad de mi vida soñando por sus promesas, he gastado la otra mitad tratando de olvidarlas.
- Y las mixturas entre ambos, pueden llegar a ser tan perversas como los mismos extremos, casi como jugar con la barrita de bandas de una imagen satelital… pero a lo bestia.
Así que con dos chicos en la escuela, la hipoteca de mi casa amortizándose a fuego lento, alergia por los extremos ideológicos, apertura por modos de vida que yo mismo no haría pero que me han demostrado ser derechos, termino concluyendo que sin necesidad de mi mensual adrenalina tengo sueños por que el mundo puede ser un mejor lugar… para todos.
Entonces, que dirá la historia de Honduras, el tiempo lo sabe pero quiero cerrar el capítulo de ayer que apenas pude interlinearlo vía móvil porque la conexión a internet fue una calamidad. Tenía tantas ganas de terminar un post sobre la utilidad de conservar los sucios mapas de catastro por su valor histórico y jurídico pero la inspiración se corta cuando debes pensar en la seguridad de tus chiquilines que ni idea tienen del riesgo que existe allá afuera mientras tengan cable TV.
1. Insisto con el asunto de la corrupción
Estos pueblos están cansados del abuso del poder, uso de recursos públicos (de nosotros) para fines particulares o gastados de forma irresponsable. El colmo se ve en quienes lo hacen con tal descaro que hasta se comenta como una alabada astucia, y esto todos lo saben. Incluso me atrevo a suponer que ellos mismos podrían saberlo también.
Mientras esto persista, siempre habrá inestabilidad democrática en América Latina.
2. Golpe o no golpe, que más da
Las noticias internacionales se han concentrado en que es un golpe militar, otros que han hablado con hondureños le llaman conspiración oligárquica, otros le llaman sucesión constitucional.
Que de esto es, no espero oficializarlo, hay que estar aquí durante los últimos años para saber que es. Por el momento, el nuevo gobierno debe justificar internacionalmente su legalidad, y al anterior encontrar las fuerzas suficientes con el ALBA, OEA, Mercosur y otras instancias para pelear su derecho.
A mi me da igual, se rompió la paz de la población, tanto por la imprudencia de un presidente a acostumbrado a decir “este macho es mi mula”, y que con buenas intenciones se peleó con su partido, con las iglesias, el poder judicial, el poder legislativo, el ministerio público, y por último con las fuerzas armadas. Muchas de sus actuaciones nos dejan en la gran duda sobre quien debe poner en orden las actuaciones arbitrarias de un presidente. Igual el otro bando rompió nuestra paz, por haberlo dejado llegar muy lejos con sus locuras y la hipocresía de quienes prefieren dejar que alguien se termine de hundir con tal de llevar agua a su molino.
Pero finalmente un legado de Zelaya queda en la población, que despertó con una esperanza a ser oído, y que ahora reclamará. Lastimosamente lo hizo por una vía demasiado controvertida ante el estamento jurídico del país y bajo coqueteos con la extrema izquierda que no tiene simpatía por la cancelación de muchas libertades en los países donde está instaurado de forma totalitaria.
3. Misión difícil, no xgarla de nuevo
Ahora viene la prueba de fuego, el sucesor constitucional tiene apenas seis meses para demostrar que no la va regar igual que tantos como hemos tenido. En Noviembre deben haber elecciones presidenciales de nuevo, tal como está planificado y esta historia loca debería terminar en tanto haya oportunidad de elegir al “menos peor”
Pero mientras pasan estos seis meses, todos esperamos que se cierre el capítulo de sectarismo extremo, y se abra un diálogo nacional donde se den oportunidades de hablar de muchos cambios que vienen siendo necesarios hace mucho. El país tiene muchos vicios que tratar, como ser el clientelismo político, la falta de planificación de largo plazo, el reordenamiento jurídico, la descentralización poética, la herencia del poder político a nivel de apellidos, el bipartidismo enfermizo, en fin…
Si se quieren hacer cambios sustanciosos, se ocupa un trabajo de largo plazo, y eso implica abrir la puerta a la participación de la población con alternativas mejores que la de apagafuegos sacada mediante el reglamento del referéndum y plebiscito legalmente existente.
Si una cosa le pedimos al sucesor, es que en apenas seis meses NO LA CAGUE, porque es demasiado poco tiempo para la tozudez que han demostrado algunas de sus opiniones sectarias. El país tiene una interesante oportunidad para hablar con sinceridad, estos momentos, así como el del Huracán Mitch se pueden desperdiciar por intereses mezquinos.
Antes que demostrarle al mundo que le reconozcan como presidente constitucional, deberá demostrarnos que no la xgará como muchos otros en un tiempo tan corto que apenas podré escribir 180 post, ver 6 películas en el cine e ir a la iglesia 24 veces con la esperanza que mis chicos tengan algo en que creer.
4. Que surja un nuevo movimiento
Estoy convencido que los partidos políticos son necesarios para el ejercicio de la democracia, pero debe surgir una mejor alternativa ante prácticas destructivas que se dan en todo Latinoamérica y que llevan al retroceso institucional cada cuatro años como ser:
- La compra de medios de prensa, sea por el gobierno para que les tapen errores o influencia de otros para mantener sus intereses particulares.
- La lentitud en el avance de leyes como la carrera civil del funcionario público y municipal, que pueda abrir la puerta a una vía para combatir el clientelismo político que muchos países ya han impulsado.
- La definición de un plan de largo plazo, nacido de un consenso social y político, tal que cada gobierno que llegue, sepa cual es el aporte a los indicadores críticos que debe llegar a cumplir.
- La descentralización de la administración del desarrollo económico del gobierno central hacia las municipalidades y la reconformación de entidades regionales que le den valor a la gobernación departamental, más que un enlace político.
- La revisión de políticas públicas que consideren la deuda social existente, y que es causante de toda esta conmoción.
Si esto y otros 235 cambios pueden hacerlos los partidos existentes, bienvenido, tienen todo el recurso humano e intelectual para hacerlo; no así el tiempo.
Si no lo hacen, entonces habrá un nuevo movimiento que les quitará su preferencia en el pueblo, aunque tenga que tomar un nombre tan descabellado como el que escuché el otro día por allí: “Movimiento de reivindicación Social Lempira Vive”, jeje, vaya nombre.
En fin, termine como sea todo esto, haya una ganancia y fortalecimiento de las causales del bienestar público, tal como lo dijo aqu